LO QUE HAY DENTRO DEL CASCO (firma invitada The Quiet Man).

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Por The Quiet Man

Hola.
Me presento: soy un seguidor de todo lo que respire gasolina, fundamentalmente, con cuatro ruedas, y, sobre todo, de la F1.
Apareceré en esta blog ocasionalmente, por gentileza de su factotum, Bruno. No tendré constancia ni periodicidad, pero cuando tenga algo que decir, me veréis por aquí. Mis aportaciones aparecerán bajo la firma de The Quiet Man. En primer lugar, en claro homenaje a John Ford, uno de los maestros de otra de mis pasiones, el cine. En segundo lugar por que respiro esta tranquilidad que inspira el titulo. Por una parte, no rehúyo la controversia, pero tampoco busco la pelea. Por otra, no soy de los de estar encima de la actualidad a ultranza, ni de interpretar los datos, ni de los de avanzados análisis técnicos. Lo mío es una visión genérica, siempre desde la opinión, pausada. Frecuentemente reacciono a los acontecimientos a toro pasado, respirando por los posos que estos dejan en mi, más que a bote pronto. E insisto en lo de “desde la opinión”. Que nadie busque información, distancia o imparcialidad: me inspiran más las emociones que los fríos datos, sin que esto implique que me puedan mis querencias, pero sin duda, como en la mayoría de los casos, admito que el cristal a través del cual veo la realidad, no es absolutamente límpido y transparente, sinó que soy consciente de que tiene un cierto color. La diferencia con muchos otros, es que admito esa tara, mientras que otros hablan desde la poltrona de la objetividad y la imparcialidad, sin darse cuenta que no lo hacen más que desde su subjetividad y su parcialidad.

Pero vale de presentaciones. No se si os ha pasado nunca, pero la distancia, física, temporal o del tipo que sea, distorsiona o cambia lo percibido en una misma realidad de forma asombrosa. Yo recuerdo haber leído siendo muy joven El Señor de las Moscas en inglés y, debo reconocer que me pareció una novela de aventuras tipo 2 años de vacaciones de Julio Verne. Años después la leí en castellano y comprendí mi gran error, enfrentándome a un tratado sobre la naturaleza humana y la deriva que sufre el hombre sin la socialización y el aprendizaje, dejado a sus instintos. Tan distinto era el mismo libro. En este caso, la distancia la ponía la barrera que para mi suponía mi mal ingles de entonces.

El otro día, por aquello del aburrimiento de la tarde del domingo, me dediqué a ordenar el disco duro del DVD y me encontré una joyita que decidí volver a ver con el poso de la distancia: GP de Japón 08. Y me volvió a pasar lo mismo. La carrera que había visto, con sus incidentes, sus emociones, sus alegrías y decepciones, dio paso a un catalogo de personalidades, de actitudes, de aptitudes y carencias, de… Es increíble hasta que punto una carrera puede mostrar los atributos de cada piloto, sus defectos y virtudes. Me explicaré.

No se si recordareis la carrera. El que no lo recuerde, que trate al menos de volver a ver el inicio de la misma. Las dos primeras vueltas son un compendio de comportamientos que dan para escribir un tratado de psicología. Bueno, no será para tanto, pero creo que en esas vueltas cada uno enseñó lo que tiene dentro, la pasta de que está hecho.

Independientemente del resultado final, que es lo de menos para lo que quiero decir, y de las actuaciones que tuvieron los stewards, que, como no, influyeron en el mismo, aunque creo que no se equivocaron, lo que a mi me llamó la atención, fue lo que en esos 2-3 minutos que duran las dos primeras vueltas, poco tiempo para la cantidad de cosas que sucedieron, demostró cada uno tener dentro. Y me llamó la atención porque creo que es muy extrapolable y muy representativo de lo que cada piloto atesora. Olvidemos los estereotipos y los tópicos que todos hemos leido hasta la extenuación y centrémonos en esas dos vueltas.

Yo vi un piloto rapidísimo, con unas manos increíbles y la velocidad en las venas, sin duda alguna, que saliendo desde la pole, erró una maniobra tan delicada y tan importante como es esta. Pero este es un error comprensible y, sobre todo, subsanable. Y más en un circuito como Fuji, donde los adelantamientos, rara avis en los tiempos que corren, son una opción real. Lo que acabó con su carrera, no fue un error comprensible, sinó, una vez más, su cabeza. Quiso remediar en 10 segundos lo que podía arreglar en 100 minutos. Y la cagó. Se paso de frenada llevándose con él a su compañero de equipo y forzando a una mala trazada por entorpecimiento a sus rivales de Ferrari. Pérdida de posiciones mucho mayor que su error inicial. Pero es que además, no contento con esto, quiso resolver, otra vez en 10 segundos, lo que tenía 100 minutos para arreglar, disputando posición a quien no era su rival directo, aunque si probablemente su rival, Fernando Alonso. Consecuencia: nueva salida de pista, otro chorro de posiciones perdidas y desquicie mental completo. Todo su talento y esfuerzo tirado por la ventana en dos curvas. Difícilmente superable. Por supuesto, hablo del ahora flamante campeón, Lewis Hamilton. No cuestiono su calidad, que está fuera de toda duda. Sus manos y su talento para la velocidad son incuestionables: son una realidad evidente. Pero desafortunadamente para él, no son las únicas virtudes que adornan a los pilotos de la elite real, a la creme de la sociedad de pilotos que pasarán a la historia. Es posible que con su primer campeonato se haya quitado parte de la presión que le acosaba de encima y que este año veamos a un nuevo Lewis. No lo se. Pero su actuación en Japón, no hizo sinó confirmar lo que ya nos había demostrado con el mundial dilapidado en 2007 por su mala cabeza. Sus pies y sus manos, ahí estaban. Su agresividad le lleva a estar siempre peleando por la victoria. Y su cabeza le hace despedirse de cosas a las que sus otros meritos le harían sin duda acreedor.

Pero hubo más cositas en esas dos vueltas.

Vimos al segundo candidato al titulo, Massa, comportarse como un niño enrrabietado, puro berrinche, golpeando a Hamilton una vez que se vio superado por este. Me recordó a los malos centrales que, conscientes de sus limitaciones, ejecutan la vieja máxima: si pasa el balón, no pasa la pierna. En el caso de Massa, la cosa no es un exceso de celo, una agresividad mal contenida. En el caso de Massa, y es mi opinión, hay mala uva, hay falta de deportividad, absoluta falta de respeto por los demás competidores. No era la primera vez que le veíamos actuaciones similares. Yo trazo por aquí, asi que o te apartas o te aparto. Pero insisto: lo que en Hamilton es una pasada de frenada, figurada y literalmente hablando, una falta de control de su agresividad, en un hombre de la larga trayectoria en F1 de Massa, con múltiples actuaciones similares, la agresividad no pasa de ser una mala excusa. Es más su estilo de conducción, en el que no se sanciona el uso de navajas, en el que se considera que una patada, aunque rompa una pierna, es más honorable que una perdida de posición. Se que hay defensores de los deportistas aguerridos hasta la nausea, o, en este caso, la hemorragia, pero no me cuento entre ellos. Claro, que esta no es la única carencia que muestra Massa a lo largo de su trayectoria. Más bien esto es manifestación de la frustración que sus carencias le producen.

Y estos eran los candidatos al WDC el año pasado. Casi ná… No era nada lo del ojo y lo llevaba en la mano, que decía el otro.

Ambos fueron sancionados por los jueces, lo que aun les retrasó más en la carrera, pero insisto en que no es el resultado final el que me interesó.

Además, en la carrera vimos a un Kimi rápido (tampoco sus manos están en discusión) aunque creo que un poco falto de agresividad (tónica general en todo el año). Es como si las ganas se le hubiesen acabado en la salida, en la que superó claramente a Lewis, motivando con ello todo lo que sucedió a continuación. Kimi fue un reflejo de lo que fue todo el año: un piloto desdibujado que no hizo honor al titulo que ostentaba. Seria por H o por B, que en eso no entro, pero no dio la talla que de él se esperaba. Al menos que yo esperaba.

El 4º en discordia fue Alonso, a la postre vencedor de la carrera. Pero no es ganar una carrera lo que define a un piloto. Lo que hace de él un campeón, es como lo hizo. Evidentemente, se benefició del forfait del resto de pilotos punteros. Pero no es menos cierto que le enseñó a alguno como sacar ventaja del río revuelto en que se convirtió la salida. Tampoco es menos cierto que mantuvo con el hombre que asombra a propios y extraños, Lewis Hamilton, un tour de force que saldó con ventaja, y en inferioridad de medios técnicas, aunque habrá quien afirme que el Renault era un cohete y que solo su incapacidad, su divismo y su verborrea le privó de hacer mejor papel en el mundial. Después de mantenerle el tipo al desbocado potro ingles, hizo una magnifica lectura de la carrera, que le llevó a la victoria. Es posible que su decisión no fuese la más prudente. Pedro M de la Rosa, en uno de sus habitualmente bien fundamentados comentarios, recomendaba alargar el segundo stint para obtener ventaja en el tercero y definitivo. Y probablemente tuviese razón. Pero al principio de mi exposición decía que esta carrera mostraba el carácter de los pilotos, sus bondades y sus carencias. Y Alonso decidió confiar en su calidad y en una de sus principales virtudes: su capacidad para rodar rápido, sin fallo alguno, machacando el crono vuelta tras vuelta. El martillo pilón, que han dado en llamar algunos. Y así, hizo un segundo stint demoledor que acabó con la carrera. Y ganó. Sin más. Simplemente haciendo valer sus armas. Haciendo lo que sabe y lo que tenía que hacer. Lo difícil es eso: leer la carrera en cada momento y decidir correctamente lo más adecuado a tus posibilidades. Y en eso, no le veo, de momento, rival. Y me vuelvo al titulo: la cabeza te puede dar alguna carrera, pero la mala cabeza te hace perder muchas más.

Por eso, no es el resultado final lo fundamental. A mi me importa más lo que cada uno me enseñó de su forma de ser, lo que le ha llevado a ser quien es. Y atendiendo a esto, me imagino como será el año 2009. Espero a un Lewis Hamilton despresurizado, pero sin perder ni un ápice de su calidad intrínseca. Será sin duda un temible contendiente, a poco que el McLaren no decepcione. Espero, deseo, anhelo a un Kimi reencontrándose a si mismo, mostrándonos todo lo que nos ocultó en 2008, volviendo por donde solía, haciéndole honor al titulo logrado en 2007. Confío en que el R29 no sea el hijo bastardo del arre28 y permita a Alonso mostrarnos una vez más de que es capaz. Espero ver a Un Vettel manteniendo su progresión y colándose con cierta frecuencia entre los mejores, lugar en el que espero volver a ver a Kubica. Sinceramente, de quien no espero gran cosa es de Massa, que creo que ya tocó su top en 2008, brillando a una altura que no le corresponde, manteniéndose en la pomada hasta la ultima carrera, creo que más por méritos de su coche, desaparición en combate de su compañero y deméritos de sus rivales, que por meritos propios. Siento ser duro, pero es mi opinión. Tampoco espero gran cosa de Kovalainen, visto el papel que se le reserva en McLaren: comparsa (aprovechando los días de carnaval) de lujo del llamado por los dioses para hacer renacer la supremacía británica en el mundo de las cuatro ruedas. Pero a pesar de estas dos ausencias, creo que si mis deseos se cumplen, tendremos un mundial más que animado. Ojalá acierte. Lo veremos y lo disfrutaremos juntos.

Hasta la próxima.


The quiet man

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