Por Bruno Alexandrov.

(La batalla de Trafalgar tuvo lugar el 21 de octubre de 1805, frente al cabo de Trafalgar (provincia de Cádiz), en la que se enfrentaron las escuadras aliadas de Francia y España, al mando del vicealmirante francés Pierre Villeneuve, bajo cuyo mando estaba por parte española el teniente general del mar Federico Gravina, contra la armada británica al mando del vicealmirante Lord Horatio Nelson.)

Después de mi esperada y porque no decirlo corta visita al British Museum cogidos de la mano nos dirigimos a Piccadily, claro está pasamos por Trafalgar Square con la intención de visitar la National Gallery. Y es que ahí está expuesto uno de los cuadros preferidos de Elena, “Los Girasoles” de Van Gogh. Así sin esperármelo me quede embobado con la vista desde lo alto de la escalinata de la National Gallery of London, la estatua de Napoleón al final del pilón que preside la plaza estaba iluminada por los rayos solares que se filtraban entre la nubes, el Big Ben al fondo…., y yo solo pensaba en F1, ¿como no? La batalla de Trafalgar me hizo pensar en otra batalla parecida, la del 2008. El almirante Hamilton salió victorioso de su batalla contra la unión de los soldados comandados por el General Briatore y el caballero Alonso Díaz. Y es ahora que me acuerdo de aquel hecho, que me hizo sonreír ahí en el reino del almirante Lewis, en sus tierras, ahora que gracias al escrito sutil de mi colaborador The Quiet Man he retrocedido en el tiempo y recordado batallas como la del GP de Japón ´08.
Ahora aquí estamos en la antesala de que empiece el campeonato del 2009, con 17 batallas que decidirán quién será el vencedor de la guerra final. 17 batallas que solo podrían ser una, la de la unión de las fuerzas francesas (Renault F1) y el caballero Alonso Díaz, contra la renovada flota del Almirante L.Hamilton. Todo apunta a que este año si podremos disfrutar de tamaña trifulca. Lewis vs Alonso, McLaren vs Renault…, sin perder de vista a los demás contendientes.
Así, no puedo ocultar mi impaciencia en volver a oír el rugido los motores el ver igual de alineados que una flota de 22 barcos en la parrilla de salida dejando escapar sus bramidos con el calor saliendo de los tubos de escape, evaporándose en la atmosfera creando un ambiente infernal en el cual mis pulsaciones se ponen a 180ppm (medido con un pulso metro de MAG). Quedan pocos días, pero ya se hacen eternos, ni siquiera los tímidos test de este año logran calmar mi sed de olor a gasolina y caucho sobre el asfalto. Después de un merecido descanso necesitamos una sobredosis de F1.

Necesitamos los cañonazos de la Batalla de Trafalgar.